El holismo entiende que somos cuerpo, mente y espíritu, y es nuestro deber atender cada una de estas partes para vivir en equilibrio.
¿Conoces la frase “Mens sana in corpore sano”? Se refiere a lo vital que es conseguir esta armoniosa dualidad cuerpo-mente, que se consigue teniendo una vida saludable a través de la actividad física y tomando el cuerpo como una condición para lo mental. De este modo, el ejercicio físico es necesario para lograr el bienestar y la calidad de vida que deseamos.
Pero aún así, nos faltaría un tercer elemento, que es la clave para mantener una salud integral. Este es el Espíritu. El espíritu es lo que nos impulsa a buscar nuestro propio rumbo y a emprender el camino de la realización personal. La espiritualidad no implica adherirse a una creencia o religión, ni obliga a cumplir con rituales específicos. Tampoco se trata de hacer promesas o sacrificios para sentirse protegido. La espiritualidad es un poder que todos tenemos a nuestro alcance, que nos da todo sin exigirnos nada.
De este modo podemos decir que un cuerpo sano ayuda a tener una mente sana; y el espíritu es el que nos pone en contacto con nuestra verdadera esencia, nos libera de los condicionamientos y nos permite trascender a un nivel superior.
HABLEMOS DEL CUERPO
Si no fuera por nuestro cuerpo físico ¿Cómo podríamos caminar? ¿O sentir el calor del verano? ¿Cómo podríamos ir a comprar? ¿O abrazar a un ser querido?
Utilizamos nuestro cuerpo físico tan cotidianamente que solemos olvidar lo importante y valioso que es. Nuestro cuerpo es el vehículo a través del cual percibimos el mundo y nos conectamos con él. Si no fuera por nuestro cuerpo físico, simplemente no viviríamos la vida.
Hay personas que viven con condiciones físicas muy limitadas; pero aún así, si no fuera por ese cuerpo, no podrían vivir.
Sin cuerpo, no hay vida. Con cuerpo, sí la hay.
Nos pasamos todo el tiempo utilizando nuestro cuerpo y esto puede provocar que nos olvidemos de él, que lo “demos por sentado” y esto sería cometer un grave error. Hemos de ser conscientes que darle el valor adecuado al cuerpo humano con el cual hemos sido bendecidos y estamos en este mundo es algo absolutamente esencial.
¿Le das el amor y cuidado necesarios? No hablamos de cuidar nuestro aspecto físico, sino de nuestro cuerpo físico. Son cosas diferentes. Aspecto no es lo mismo que cuerpo.
Sin nuestro cuerpo no podríamos hacer nada, ni siquiera pensar, porque necesitamos alimentar el cerebro a través de nuestro cuerpo físico para que funcione. Tampoco podríamos hacer todo eso que hacemos para seguir desarrollándonos.
Nuestro cuerpo se encarga de cumplir con todas las funciones vitales que nos mantienen con vida, ya sea que estemos durmiendo, subiendo una montaña o tumbados en la playa bebiendo una cervecita. Nuestro cuerpo es el encargado de que sigamos con vida. Si él dejase de hacer todo esto por ti, simplemente morirías. Fin.
Así que, si valoras tu vida, no cuidar tu cuerpo físico parece algo absurdo. Pero, ¿sabes qué? Los seres humanos somos así y no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos.. ¡Ah, no! Que cuando lo hayas perdido ya no podrás ni valorarlo porque simplemente no existirás.
Si quieres una vida feliz, sana, tranquila y quieres vivir bien y plenamente, entonces debes asegurarte de tratar bien a tu organismo. Si, por el contrario, lo sacrificas siempre, tu vida se verá negativamente afectada y puede que, incluso, acortada.
Más adelante hablaremos de cómo tratar bien nuestro cuerpo, pero de momento puedes reflexionar lo que acabas de leer.
HABLEMOS DE LA MENTE
¿Qué función tiene la mente? Es la que nos ayuda a tomar decisiones adecuadamente, adquirir nuevas habilidades y conocimiento, reaccionar adecuadamente ante las situaciones. Muchísimas de nuestras actividades cotidianas dependen mucho de la mente.
La mente es como el timón de nuestro barco. Ella es la encargada de dirigir nuestro desarrollo personal a largo plazo, por ello es tan importante cultivarla y educarla. Y no solo a nivel intelectual, sino también a nivel emocional.
Solemos confundir la mente con el coeficiente intelectual. Pero la mente abarca mucho más.
Una persona puede tener un coeficiente intelectual altísimo y sacar las mejores puntuaciones en todo. Eso está muy bien si luego también sabe autogestionarse adecuadamente en un momento puntual de ira, o sepa tener relaciones sanas con sus compañeros de trabajo, así como gestionar sus complejos e inseguridades.
En nuestra mente hemos almacenado el conocimiento intelectual de aquel curso que hicimos en el 2012 que tanto nos gustó, todas las canciones de nuestro grupo favorito y mucho más. Pero nuestra mente también es la responsable de que podamos ser felices o tener buenas relaciones con nuestros seres queridos y compañeros de trabajo debido a nuestra educación emocional.
La cuestión es que la mente debe ser educada tanto en su parte racional como emocional para no quedarnos solamente con los galardones y diplomas de la vida intelectual, sino que sepamos gestionar la vida.
La mente es muy potente y si no sabemos usarla puede ser capaz de destrozarnos. Si por el contrario le damos un buen uso, podemos conseguir que nuestra vida sea de la calidad que merecemos y queremos.
HABLEMOS DEL ESPÍRITU
El espíritu es algo alucinante. Puedes tener muy cultivados tu cuerpo y tu mente, pero cuando las dificultades y los retos siguen ahí, cuando deseas crecer y sobrepasarlos, ahí es cuando florece el espíritu.
El espíritu es una energía vital que va más allá de la mente y del cuerpo. Solamente cuando estamos sumergidos en un mar de conflictos es cuando sentimos la necesidad de conectarnos con nuestro espíritu, que es la única fuerza capaz de darnos paz y serenidad en los momentos difíciles.
Si observamos las historias de éxito de personas que parecía que jamás lo iban a lograr, ya sea porque no tenían ni el conocimiento intelectual ni emocional para lograrlo ni tampoco un cuerpo mágico que les consiguiera todas las cosas, veremos que, finalmente, muchas de ellas lo lograron. Recuerda que cuando ni tu mente ni tu cuerpo pueden más, suele aparecer el espíritu.
Pero el espíritu no aparece solamente en situaciones extremas como las planteadas anteriormente. El espíritu también se manifiesta cuando una persona persigue un sueño a largo plazo. Cuando persigues algo a largo plazo y no tienes ni idea de cómo lo conseguirás, tu espíritu está relacionado con ello. Es tu espíritu el que te impulsará a continuar a pesar de todas las circunstancias si el camino es largo y está lleno de dificultades.
Es necesario encontrar tiempo para estar solo con uno mismo, para aprender a valorarnos, a aceptarnos como somos y así poder lograr la serenidad interior. El conocimiento interior nos permite saber cuál es nuestra misión en la vida y estar abiertos a todas las posibilidades sin prejuicios. El espíritu humano es siempre joven y perfecto y está más allá de las creencias y las preocupaciones de la mente. Es una fuerza o energía vital que la naturaleza, el universo, o aquello en lo que creas, nos ha brindado a todos. Es por este motivo que la espiritualidad surge espontáneamente, sin ningún esfuerzo, porque está en cada uno de nosotros. Pero como ya hemos dicho, tenemos que estar atentos y dispuestos, pasar tiempo con nosotros mismos.
Solamente cuando te des cuenta de que eres un ser espiritual que tiene un cuerpo y no un cuerpo que tiene un espíritu, entonces ahí estarás en condiciones de vivir una vida plena sin inquietudes. El objetivo es estar sintonizados con nuestro espíritu y vivir el momento presente.
EQUILIBRIO CUERPO-MENTE-ESPÍRITU
El ser humano es un ser multidisciplinario e integral que necesita cooperación entre los tres aspectos para mantener un equilibrio en la vida. El desarrollo personal depende mucho de cómo se desarrolla cada parte de nosotros mismos, pero también depende de cómo se integran entre sí cada una de esas partes que nos constituyen: cuerpo, mente y espíritu.
Las siguientes recomendaciones favorecen este equilibrio:
Profundizar el autoconocimiento. Aprende cuáles son tus fortalezas y debilidades, identifica qué situaciones te estresan y actúa sin perder la calma. Cuánto más te conozcas, mayor será tu bienestar.
Pensar positivamente. Procura que tu mente piense lo correcto. Selecciona tus pensamientos.
Hacer algún tipo de actividad física. Da igual el tipo de actividad que sea. Debes mover tu cuerpo para mantener tu forma física. Si tu cuerpo está bien, crearás valores positivos en tu vida.
Alimentarse sanamente. Tu cuerpo es lo único que te pertenece. Cuídalo proporcionándole alimentos sanos y de calidad.
Descansar. Proporciona a tu cuerpo tiempo para descansar y restablecerse. No lo lleves al límite.
Practicar ejercicios de relajación y respiración. Puedes hacerlo a través de la meditación. Esto es super importante para mantener la conexión con tu espíritu.
Dedicar tiempo a actividades recreativas. Lee un libro, socialízate, disfruta practicando tus aficiones. Practicar actividades que nos reconfortan es imprescindible para conseguir el equilibrio.
REFLEXIONEMOS UN POCO
Tras leer este artículo, te animamos a reflexionar las siguientes preguntas:
¿Le das a tu cuerpo el valor que merece?
¿Sabes seleccionar tus pensamientos o te saboteas constantemente?
¿Estás invirtiendo en tu conocimiento intelectual y emocional?
¿Te mueves lo suficiente?
¿Crees que tu cuerpo está en su mejor versión o lo podrías mejorar?
¿Qué haces para conectarte con tu espíritu (contigo misma)?
¿Te dedicas tiempo a solas para encender un incienso y relajarte?
¿Meditas?
¿Cuánto tiempo hace que no disfrutas de tus aficiones?
ALGUNOS CONSEJOS
➡️ Si no practicas deporte, empieza a hacerlo ya. Elige el que quieras. Puedes decidir salir a caminar todos los días (gratis), o apuntarte a clases de lo que te guste. También puedes buscar en YouTube. Hoy en día hay muchos canales que ofrecen sesiones.
A nosotras personalmente nos encanta entrenar con @sientetejoven y practicar yoga con @anabelotero
➡️Si no meditas, empieza ahora mismo. Puedes leerte las entradas de la sección Bienestar de nuestro blog para ir cogiendo algunas ideas o puedes pasar directamente a la acción suscribiéndote al canal @respiraysiente. Elige la meditación que quieras y ponte a ello. Intenta hacerlo todos los días. Si no es posible, al menos una vez por semana.
➡️Si no lees o estudias, es algo que debes empezar a hacer ya. Cuando no usamos nuestra mente esta se atrofia. A tu mente le gusta aprender cosas nuevas y está capacitada para ello. Empieza a aprender algo nuevo hoy mismo.
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